Corrían los años 50 del siglo pasado cuando en un partido entre la UC y Wanderers el arquero católico Sergio Litvack salió a hacerle un achique a un delantero rival, pero al hacerlo se arrastró por el pasto apoyando justo una parte de su pierna derecha donde tenía una lesión anterior. El portero estudiantil estuvo largo rato quejándose en el suelo, hasta que su compañero de equipo, Manuel Alvarez, se le acercó y le dijo: “Vamos flaco levántate ya, te quejas sólo por un rasguño, imagínate que a Galvarino le cortaron las dos manos y ni se quejó”. “Y ¿cómo siguió atajando? dijo Litvack, mientras se reincorporaba de a poco”……Plop.
Mucho antes, un 15 de agosto de 1938 se aprestaban a jugar un partido amistoso en el viejo Santa Laura los equipos de Santiago Morning y Deportivo Viña del Mar. Pero poco antes que los jugadores entraran a la cancha los recoletanos se percataron de la ausencia de su golero titular, Augusto Lobos. Como ya era imposible echar atrás el duelo los ojos se centraron en el juvenil arquero reserva de la Unión Española, un tal Sergio Livingstone, a quien animaron para que saltara al campo de juego y aprovechara esta oportunidad caída del cielo. El joven Livingstone no sólo aprovechó la oportunidad, sino que fue figura del partido atajando incluso un penal. El destino quiso que esa tarde de invierno el “Sapo” iniciara así su brillante carrera profesional que lo catapultó como uno de los más grandes ídolos de nuestro fútbol.
Otro portero que tuvo un debut soñado fue Daniel Chirinos, recordado arquero de Audax Italiano, quien tuvo la suerte de descollar en su primer duelo. Fue en marzo de 1943, en un amistoso ante Colo Colo, en el cual el golero nortino atajó hasta el viento. De hecho, ese día sus intervenciones bajo los tres palos rozaron la perfección, causando la admiración del público presente en el Estadio Nacional. Chirinos estuvo muchas temporadas defendiendo a los verdes e incluso fue varias veces seleccionado nacional, pero nunca más repitió el nivel de su primer partido. Cosas del fútbol.
21 años después, en una soleada tarde de octubre de 1964 ante un lleno Estadio Nacional el destacado golero de Colo Colo Misael Escutti ponía fin a su carrera profesional con más de 500 partidos jugados, siempre en el cuadro popular, entre duelos oficiales y encuentros internacionales. Un galvano recordatorio y el aplauso cerrado de todo el estadio marcaban el punto final de su destacada trayectoria en la que resaltaba su participación como arquero titular en la mítica selección del Mundial 1962. No pocos se preguntaban en esos días del porque Escutti se retiraba, siendo que estaba en su mejor momento, incluso se supo que varios clubes le hicieron suculentas ofertas para que continuara su carrera en otro club, pero Misael siempre respondió que para él sólo había un equipo, Colo Colo, fidelidad a toda prueba….
Avanzamos en el tiempo al Siglo XXI, se juegan los cuartos de final del torneo de Clausura 2009, entre Santiago Morning y Audax Italiano. Es el partido de vuelta en La Florida, los bohemios van perdiendo 2×0, a diez del final, y el resultado nos les sirve para nada, ya que en la ida habían vencido 4×2. En la banca del Chago un nervioso Juan Antonio Pizzi se pasea impaciente mientras que el golero suplente, Víctor Loyola, desesperado le dice muy serio al ayudante técnico, Mauricio Pozo, “déjeme entrar profe”, ante la mirada incrédula y sorprendida de este último.
Pero lo más increíble de todo es que el mismo Pozo fue donde Pizzi a plantearle la opción de que ingresara Loyola, pero no como portero sino como atacante, a lo que el DT asintió de manera insólita. Es más, Loyola ingresó a la cancha con una camiseta con el 12 en la espalda, a la que le improvisaron el 2. La apuesta no dio buenos resultados al principio, porque el golero-delantero se ganó unos buenos retos de la banca y más encima se dislocó un hombro en un fuerte choque con un jugador itálico. Pero lo mejor estaba por ocurrir, ya que en el minuto 93 Michael Ríos desbordó por la izquierda y mandó un centro bombeado al corazón del área, donde apareció Loyola para empalmar un cabezazo seco que se le coló al arquero del Audax, Jhonny Herrera. Fue gol y clasificación del Morning, ante la euforia absoluta de Pizzi y toda la banca de la V negra. Para no creerlo.
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HDF/Croata