Los tres torneos tristes de la UC​

En los 80 años de la rica historia de la Universidad Católica hay tres que no traen buenos recuerdos, tres que es mejor olvidar, porque fueron torneos donde el equipo cruzado terminó en el último lugar de la tabla, lo que significó que en dos de ellos el cuadro estudiantil perdiera la categoría.

El primero fue en 1955, el año del título de Palestino, una temporada después de ese brillante segunda corona ganada en partido de definición ante Colo Colo. En una magra campaña, sin explicación racional, el en ese entonces vigente campeón fue una sombra que vagó por las canchas. Sacó apenas 21 puntos en 31 partidos posibles, quedando relegado al fondo de la denominada “Serie B”. Del paraíso al infierno, así se puede definir la historia del club entre 1954 y 1955. Llegó el descenso a la segunda división, por primera vez y la amargura fue total. Pero por suerte, el regreso fue rápido y ya en 1957 la UC estaba nuevamente entre los grandes. Pero eso no significó que los sufrimientos pasaran de todo, ya que ese mismo año el equipo terminó penúltimo y sólo salvo de un nuevo martirio, debido a que a San Luis (cuadro que finalmente bajó) se le quitaron 13 puntos, por mala inscripción de jugadores.

El segundo episodio, fe de dulce y agraz y tuvo lugar a fines de torneo de 1960, cuando los de la franja finalizaron últimos, con 18 puntos y en compañía de Ferrobadminton. Cuando el derrotero castigaba nuevamente a la UC, increíblemente se denunciaron nuevas irregularidades en perjuicio de San Luis, lo que derivó que el elenco quillotano descendiera nuevamente.

La última campaña “siniestra” de los cruzados fue en 1973, cuando el equipo volvió a adueñarse del fondo de la tabla. 21 puntos en 34 partidos, apenas 5 triunfos y 18 caídas. Todo para el olvido. Esa vez la permanencia en la segunda división duró dos años (74 y 75), concretándose el ansiado regreso en 1976, momento desde el cual nunca más cayó en desgracia. /HDF