La división de Magallanes y el origen de Colo Colo

En un proceso subterráneo que ya venía gestándose, pero que detonó en abril de 1925, una facción joven  de Magallanes liderada por los hermanos David y Francisco Arellano, y que además incluía a Juan Quiñones, Clemente Acuña, Rubén Sepúlveda y Rubén Arroyo; deciden dejar la tienda albiceleste, cansados de las diferencias que tenían con el resto del plantel y la dirigencia, que era conducida por Santiago Nieto. Las razones de esta determinación tenían su raíz en el abierto deseo de los “complotados” de cambiar algunas condiciones de la incipiente actividad futbolística, para potenciar su desarrollo. La idea más discutida ere la opción de que los jugadores tuvieran acceso a parte de la recaudación de los partidos, que año a año se incrementaba, gracias a la creciente afluencia de público en los recintos deportivos.

Todo se aceleró cuando los reaccionarios postularon a David Arellano como capitán del equipo, lo que significó una declaración de guerra para los “conservadores”.  Arellano y Acuña fueron castigados, acordándose que el caso se dilucidaría en la siguiente asamblea general, que se concretaría días después, y en donde ambas partes no cederían en sus diferencias. Al final de esa histórica reunión los Arellano y compañía cerraban por fuera la puerta de la sede magallánica, con la célebre frase “Vámonos mejor, que jueguen los viejos” . Y Luego, en el bar “Quita Penas”, cercano el cementerio, tras masticar el mal rato, se comenzaría a gestar la idea del nuevo club, cuya primera camiseta y nombre se oficializaría el 19 de abril en el Estadio el Lllano, en la Avenida Subercaseaux. Surgía así el Colo Colo con su alba casaquilla, que desde sus primeros días viviría una dura rivalidad, dentro y fuera de la cancha, con su equipo originario Magallanes, que durará hasta los años 50, cuando las universidades ganan terreno, en desmedro del cuadro carabelero. /HDF