Chile siempre ha tenido buenos especialistas para los tiros libres, tanto los que le pegan fuerte al balón como a los que le gusta el efecto endemoniado, que deja parado al portero. Entre los primeros sobresalen el gran Leonel Sánchez, Eladio Rojas, Osvaldo Castro, Juan Carlos Orellana y Jorge Aravena. Cuando ellos se ponían frente a la pelota las barreras temblaban y los arqueros debían extremar recursos y concentración. Como no recordar el bombazo de Leonel que batió a la “Araña Negra” en Arica; o los “fierrazos del “Pata Bendita”, que empalidecían a las defensas rivales. Y para que hablar del zurdo Orellana y sus inolvidables goles olímpicos; y del gol imposible de Aravena, que causó admiración mundial.
Por otro lado, entre los que gustaban del “chanfle” hay que mencionar a Alberto Fouilloux, quien fue el primero que trabajó este tipo de efecto a la pelota, el que acompañaba escondiéndose de la barrera, para que el arquero no supiera cuando iba a tirar. Muchos fueron los goles que así marcó el “Tito” en la UC, Unión Española, Huachipato y el Lille francés.
También no pueden faltar en esta lista nombres como Francisco “Chamaco” Valdés, de quien todavía se acuerdan en Buenos Aires, por el gol desde 40 metros que le hizo a Gatti; Mario Salinas, el “Maestrito”, que paseó su exquisita técnica jugando por Huachipato, Everton y Universidad Católica; Carlos Rivas, quien se mandó ese golazo frente a Ecuador, en el 81; Víctor Merello, y sus goles por el Cobreloa vice campeón de América; José Luis Sierra y su zurda mágica en Francia 98; y Jaime Riveros y su efecto terrible, con el que hizo campeón a Everton en 2008.
Este es un homenaje a todos ellos, eximios especialistas en remates de larga y mediana distancia, que podían transformar rápidamente en gol una falta o descuido del rival. /HDF




