A comienzos de los 80 el plantel de honor de la Universidad Católica entrenaba normalmente en su antiguo complejo deportivo de Santa Rosa de Las Condes, ubicado los faldeos del Cerro San Cristóbal (Hoy Parque Titanium). Los jugadores habían comenzado hace poco rato una suave práctica cuando, de improviso y con gran ruido apareció un helicóptero de Carabineros, autos policiales y un gran contingente de efectivos, provistos de metralletas, que invadieron todo el recinto, ante las miradas de perplejidad y preocupación de los jugadores, que no entendían nada de lo que estaba ocurriendo. La confusión era total y los futbolistas fueron llevados rápidamente a los camarines, mientras los agentes gritaban a viva voz que andaban persiguiendo a un delincuente de chaleco café, que acababa participar en un violento asalto.

Lo que no sabían los policías era que el sujeto al que asediaban, en esos minutos, era nada menos que el utilero del equipo, que, con un vistoso chaleco café, corría, de un lado para otro, recolectando pelotas y camisetas. Desgraciada coincidencia que afortunadamente pudo ser verificada y tras lo cual las fuerzas de seguridad abandonaron el predio. Rato más tarde, pudo seguir el entrenamiento, aunque el utilero todavía respiraba en forma agitada, por el gran sustito que le habían hecho pasar. /HDF