Es la tarde del domingo 27 de febrero de 1955, se juega el partido inaugural del XII Torneo Sudamericano de 1955, en Santiago de Chile y cerca de 40 mil fanáticos copan el Estadio Nacional, ansiosos por ver el triunfo de la Roja, ante el débil Ecuador. Hay confianza en la hinchada, ya que la selección se ha preparado como nunca para ir por el título continental. El resultado ha sido un equipo -dirigido por Luis Tirado- que juega bien, con figuras ejemplares como Hormazábal, Meléndez, Cortéz y los hermanos Robledo.
Por su parte, al frente hay un rival que que sólo apuesta a no perder por tanto (Ecuador, por esos años, era unos de los conejillos de indias del fútbol sudamericano).
El inicio del encuentro es tenso, hay nervios en los jugadores rojos que tienen la presión natural del debut. Eso se nota en algunos pases imprecisos y en las instrucciones constantes que vienen desde la banca. La solución llega casi a los 20 minutos de juego, cuando “Cua Cua” Hormazábal cumple las órdenes del técnico y se adelanta para acompañar a los atacantes. El cambio se nota, ya que automáticamente el equipo se suelta. Y los goles llegan, a los 28 el mismo Hormazábal anota con un tiro alto, tras un rechazo de la zaga visitante; a los 32 Guillermo Díaz se despacha un remate arrastrado que da en un defensa y descoloca al meta Bonnard; dos minutos después, “Cua Cua” llega a línea de fondo, centra y Meléndez anota en la boca del arco; y a los 36, Díaz marca el cuarto, después de gran acción personal..
A esa altura, el estadio es un carnaval, la gente aplaude a rabiar la exhibición chilena que en apenas ocho minutos ha sentenciado el partido, en una presentación contundente, y con juego a gran altura. En la vereda del frente los ecuatorianos están abatidos y con la mirada fija en el pasto, no entienden lo que les ocurre y sólo quieren que el primer tiempo termine ya. Pero la Roja sigue machacando y antes que terminen los primeros 45 Hormazábal encaja el quinto de la serie, causando el delirio de los espectadores.

El cierre de la goleada histórica
A la vuelta de camarines Chile sigue golpeando a la retaguardia ecuatoriana, Hormazábal corona su tarde magistral con un brillante remate, de media distancia, que infla las redes del equipo visitante. Y antes de los 11 minutos Jorge Robledo cierra los goles chilenos con un preciso derechazo, luego de una gran habilitación de Meléndez.
La situación es anómala, el segundo lapso recién comienza y Chile gana siete por cero. Este hecho motiva el relajo de los jugadores rojos y un notorio bajón en el nivel del partido, que pierde gran parte del atractivo. De ahí, en más, sólo se puede rescatar el tanto del honor para los ecuatorianos, en los pies de Villacreces.
La goleada histórica de ese domingo de febrero de 1955 marcaba el inicio de una de las mejores campañas de Chile en la historia de los campeonatos sudamericanos, y que sólo se vería truncada por la derrota final frente a Argentina. /JotaEeme