28 de marzo de 1973, Colo Colo juega en un repleto Estadio Nacional, contra Emelec, por la primera fase de la Copa Libertadores de América. Los albos vencen por tres a uno y el público está enfervorizado con la actuación del cacique que literalmente gusta, gana y golea.
Corre el minuto 74 de partido y tras una carga de los ecuatorianos, la escuadra popular sale rápido, y Edson Beirut habilita magistralmente a Carlos Caszely armándose un feroz contragolpe, desde la mitad de cancha. El “Chino” echa a correr el balón dejando, en el camino, a un primer defensor que sale a interceptarlo; luego ingresa al área y elude al meta Eduardo García, con una finta larga hacia la derecha; en ese instante le sale otro defensa, pero lo sortea con un maravilloso enganche a la izquierda; y ya con el arco vacío apura la carrera y entra, con pelota y todo, al pórtico rival. Un verdadero golazo.
Los más de 60 mil fanáticos que están en el estadio no pueden creer lo que ha hecho el joven delantero colocolino y espontáneamente baja un emotivo coro de la galería con el grito “¡Se pasó, se pasó!”, repitiendo la exclamación que le habían brindado, días antes, durante el partido contra Unión Española.
Aquella jornada, el cuadro albo se impuso por 5-1 a los ecuatorianos con goles de Chamaco Valdés, Sergio Messen, Sergio Ahumada y otro más de Caszely, Y a partir de allí, el goleador se consolidó como ídolo de Colo Colo, confirmando después su talento en la selección chilena y el fútbol español. /HDF