La llegada de Manuel Pellegrini a la banca de la U, en 1988, marcó toda una revolución en le tienda azul, sobre todo en lo táctico, ya que el ingeniero quiso implantar el mismo sistema europeo que su colega y entrañable amigo Arturo Salah estaba realizando en Colo Colo. Esto significaba dejar de jugar con tres delanteros y poblar la línea de volantes con cuatro y hasta cinco jugadores. Dos de estos se dedicarían a labores más defensivas, permitiendo la subida de los laterales que diversificarían el ataque, ayudados por los otros dos volantes de carácter más ofensivo. Por su parte, la idea es que los delanteros también se recogieran a la zona central cuando la necesidad lo requiriera. La teoría aparecía muy bonita, pero plasmarlo en la cancha no sería tan fácil y el experimento se pagaría caro al final de la temporada. /HDF