Carlos Reinoso, ídolo de Chile y México

Cuesta encontrar en la historia del fútbol chileno jugadores como el gran Carlos Reinoso, ya que él combinaba dentro de la cancha una personalidad avasalladora y de líder innato, con un talento futbolístico extraordinario. Esto lo hacía único e irrepetible y lo catapultó a la categoría de ídolo no sólo en Chile, sino por sobre todo en México, donde el destino quiso que desarrollara la mayor parte de su carrera deportiva.

Reinoso proviene de la cantera inagotable del Audax Italiano de mediados de los 60, cuando el cuadro itálico desarrolló una gran labor formadora, con sus llamados “cara sucias”. Su debut en primera división se produce en 1964 y al al año siguiente ya es llamado a integrar una selección juvenil, siendo una de las figuras emergentes del medio. Su estadía en el cuadro de calle Lira lo forma como jugador de primera clase y es ahí donde desarrolla las características que lo harán destacar después. Hablamos de aspectos como la fortaleza física, la precisión en el pase, el quite, la visión panorámica de juego, el remate de media distancia y el poder de definición, entre otras facetas. Su lugar teórico en el campo de juego es de volante de creación, pero sus grandes condiciones lo llevan también a incursionar en la contención y, además, en la concreción del gol. No por nada en 1968 se convierte en el goleador del torneo nacional.   

La vida de Carlos da un giro absoluto en 1970, cuando Colo Colo lo llama para que refuerce el equipo con motivo de la realización del cuadrangular de verano, en el que participarían, entre otros equipos, el Santos de Pelé y el América de México. Resulta tan descollante su actuación que los aztecas quedan enamorados de su juego y pocas semanas después le ofrecen un atractivo contrato. Reinoso no lo duda ni un segundo y parte a enrolarse al cuadro de las águilas. Y la decisión es la más acertada de su vida, porque al poco tiempo ya es ídolo en el país del norte, donde ganó todos los torneos que había por delante: Liga Mexicana, Copa México, Campeonato de Campeones, CONCACAF y Copa Interamericana. En esta última, su participación fue decisiva, ya que anotó el gol del triunfo,  frente a Boca Juniors, con un exquisito tiro libre que batió al legendario Hugo Orlando Gatti.
Fue tanto el éxito de Reinoso en México que hasta el día de hoy es el mejor futbolista extranjero que ha pasado por ese país, siendo además uno de los símbolos eternos del América, donde estaría hasta 1979. Y cuando todos pensaban que se retiraría, el chileno firmó por los “Coyotes” de Neza, equipo de la segunda división mexicana y en el que coincidió con otros dos chilenos, Osvaldo Castro y Mario Maldonado. Allí estaría sólo un año, puesto que en 1980  Carlos Reinoso puso punto final a su magnífica carrera como jugador. Pero el fútbol no se acabaría para él, ya que poco después inició su también brillante trayectoria como entrenador, 

Jugador de selección

La Roja de todos también disfrutó del talento y la magia de Carlos Reinoso, quien vistió la casaquilla nacional en 34 partidos, entre 1966 y 1977. En esos once años sobresale, fundamentalmente, su participación en el Mundial Alemania 1974 donde fue parte clave del medio campo chileno, junto a Guillermo Páez y Francisco Valdés. En términos generales, y pese a los insuficientes resultados finales, Reinoso tuvo una buena presentación en esa copa del mundo. Quizá lo único que atentó contra un mejor nivel fueron los constantes roces con “Chamaco” Valdés, con quien tuvo siempre considerables diferencias, principalmente a la hora de ejercer el liderazgo. Ambos eran referentes, pero el estilo de él era más impositivo (de caudillo), mientras que Valdés tenía más ascendencia en el plantel y también más influencia dentro de la cancha. Probablemente, este fue uno de los errores de la dirección técnica, conducida por Pedro Morales, ya que a lo mejor hubiese sido mejor optar por uno de los dos.
Independiente de ese mundial, Reinoso disputó eliminatorias y la Copa América de 1975, donde también exhibió su clase y maestría. 

Hoy, a la distancia del tiempo, no hay dudas de que su nombre esta, si o si, en la galería de los grandes de la historia del fútbol chileno. /HDF