14 de junio de 1981, Chile juega un decisivo partido con Ecuador, por las eliminatorias para el Mundial España 1982. El Estadio Nacional ruge como nunca con 79 mil espectadores que no pueden mas de la ansiedad, porque de ganar la Roja saca pasajes para la cita mundialista, después de largos ocho años.
El partido lleva muy poco, 10 minutos de juego y la selección arma una combinación excelente en la mitad de la cancha. Garrido la profundiza para Caszely y el “Chino” trata de armar una pared con Castec, quien la alcanza a devolver, pero en seguida es barrido violentamente por el defensa Figueroa. El juez Arestizábal, de Colombia, sanciona la falta muy cerca de la frontera del área grande. Rápidamente se ubican tras la pelota Carlos Rivas y René Valenzuela, ambos parecen dispuestos a disparar, lo que confunde al portero Delgado que no sabe si el tiro irá fuerte y arrastrado, o colocado a un ángulo. Esa duda pasa por su cabeza en cosa de segundos cuando suena el silbato y Valenzuela hace como que va pegarle a la pelota, pero finalmente es Rivas, quien, casi sin tomar vuelo, se despacha una joya de tiro libre que se incrusta arriba, en la esquina derecha del arco ecuatoriano.
Rivas sale corriendo a festejarlo con la hinchada, que eufórica aplaude, a rabiar, la notable ejecución del mediocampista. Es el gol abrelatas, porque después Caszely marcará el 2×0 que sellará la clasificación de Chile. HDF/jma