Patricio Yáñez, el puntero del millón de dólares (segunda parte)

España 82 y su partida a Europa
La actuación de Chile en la cita mundialista de 1982 fue un rotundo fracaso, pese a la gran expectativa que existía en la previa, Se perdieron todos los partidos frente a Alemania, Austria y Argelia en uno de los desempeños más bajos de la Roja en las copas del mundo. Pero en ese magro escenario quizá lo más destacable fueron las ganas y personalidad que puso Patricio Yáñez en el campo de juego (actuó de titular en los tres encuentros). Gracias a sus desbordes, diagonales y fortaleza en ataque se crearon las pocas opciones que tuvo el ataque chileno, lo que significó que su valorización no se resintiera tanto.

Tras el mundial, el futuro del Pato estaba en Europa, eso era un hecho seguro. Lo único incierto era saber que equipo se lo llevaría. Finalmente el que más se la jugó fue el Real Valladolid, equipo mediano de la liga hispana, que aspiraba a no pasar zozobras con el descenso. Nunca se supo el monto exacto del traspaso, pero se cree que anduvo cerca de los 800 mil dólares.

El debut en la Liga 82-83 fue soñado, en la primera fecha los “blanquivioletas” enfrentaron al poderoso Real Madrid y Yáñez le dio un verdadero baile al defensa Camacho, lo que encendió  las expectativas de los hinchas. Sin embargo, la poca pretemporada del Pato y la alta exigencia física del fútbol español le pasaron rápidamente la cuenta, lo que se tradujo en una rebelde lesión que lo complicó durante varios meses. Más encima, el equipo tuvo una racha negra gran parte de la primera rueda, la que sólo se superó tras el cambio de técnico.

​La revancha vendría en el torneo 83-84 ​cuando abrochó una gran temporada, jugó 50 partidos y fue elegido el tercer mejor extranjero de la liga. Ello coincidió  con su crecimiento como jugador, el fútbol europeo le potenció el toque con balón y aprendió  a retrasarse hacia el mediocampo para ir a buscar la pelota. Además ese año formó una exitosa dupla con el uruguayo Jorge Da Silva, quien salió goleador de la liga con muchas asistencia suyas. De hecho, ambos fueron piezas claves para que el equipo escapara del descenso y también en la obtención de la Copa de la Liga, tras vencer -en la final- al Atlético Madrid. Ese logro, hasta ahora el único título en la historia del Valladolid, fue un momento memorable para Yáñez, quien pasó a ser uno de los jugadores históricos del club. 

Estuvo otras dos temporadas en Valladolid, en las cuales hizo su  debut en la antigua copa de la UEFA y ayudó en la permanente tarea de salvar la categoría. Su última etapa en el club coincidió con a llegada a la banca de Vicente Cantatore y también de Jorge “Mortero” Aravena. Con ellos se rearmó el equipo ofreciendo muy buenos duelos con los equipos grandes (Barcelona, Real Madrid y Sevilla), que deleitaron en a los hinchas en el Estadio José Zorillla.

Ultimos años en Europa y su regreso fugaz a la Roja
luego de su inolvidable paso por Valladolid, Patricio Yáñez sorprendía al inicio de la temporada 86-87 al pasar al Zaragoza en un millón de dólares, la cifra más alta pagada por un futbolista chileno, hasta esa fecha.  Allí alcanzaría a estar sólo un año con un desempeño irregular, ya que por diversas razones no pudo demostrar en cancha los pergaminos con los que había llegado. La difícil adaptación a la nueva ciudad combinado con las lesiones y algo de desmotivación atentaron contra su rendimiento. Se le criticaba su debilidad ante la marca rival y también la falta de asociación con sus compañeros especialmente con Francisco Pineda y el uruguayo Ruben Soza. Quizá el único gran hito de esta etapa fue su gran participación en la Recopa, donde destacaron sus dos goles frente al Wrexham inglés, aunque el Zaragoza, después de un gran torneo, fue finalmente eliminado por el recordado Ayax de Van Basten y Rijhaard. 

Tras “bailar con la fea” todo ese año, en la temporada siguiente Patricio decidió emigrar al Real Betis de Sevilla, donde alcanzó a jugar dos torneos, En la primera tuvo regularidad como titular e hizo gran sociedad con los colombianos Rincón y Gabino; mientras que en la segunda, tuvo bastantes molestias físicas a raíz de la detección de una hernia cervical que, según los médicos, podría poner en duda su futuro como jugador. Esto complico su titularidad e impidió que volviese a tener un alto rendimiento. Más encima el equipo perdió la categoría a mediados de 1989, lo que aceleró una decisión que ya tenía en mente, volver a jugar en Chile.

Respecto a su relación con la Roja, después del mundial de España, Yáñez estuvo ausente un buen tiempo de la selección. Para la Copa América 1983 inexplicablemente ni siquiera fue llamado por el entrenador Luis Ibarra, por lo que sólo se concentró en su aterrizaje en la liga española. Sólo dos años después, ya con Pedro Morales en la banca, Patricio volvió a reaparecer aunque fugazmente, en el marco de las eliminatorias para México 1986. Presionado por su club que no quería cederlo (el Valladolid estaba jugándose el descenso) alcanzó a jugar sólo un partido de la primera fase de clasificación. Fue el empate a 1 con Ecuador el 3 de marzo de 1985, el mismo día del recordado terremoto en Chile. Luego de eso debió volver a España perdiéndose el resto de los duelos con Perú y Uruguay que finalmente decretaron que Chile jugara el repechaje con Paraguay, Y en la repesca, tampoco participó en los trascendentales duelos que sellaron la suerte de Chile.

La eliminación caló hondo en el Pato que deseaba más que nunca tener una revancha en el Mundial de México 86, además le dolieron las criticas del medio chileno que puso en duda su esfuerzo por ponerse la camiseta de todos. Todo esto desembocó en que se marginara, hasta nuevo aviso, de la selección. Por esta razón, por ejemplo, no estuvo en la Copa América de 1987, cuando se perdió la final con los uruguayos y sólo reapareció para las eliminatorias de Italia 1990, donde tuvo activa participación en los duelos contra Venezuela y Brasil, un proceso que terminó dramáticamente el 3 de septiembre de 1989 en el Estadio Maracaná. 

Regreso a Chile: la U, Colo colo, la Libertadores y el retiro
A principios de 1990 la decisión de volver a Chile ya estaba tomada, gracias al interés real de la Universidad de Chile. El cuadro azul recién había regresado a primera división, después de un difícil año en el ascenso, y estaba de cabeza armando un cuadro competitivo que le permitiera retomar su historia de club grande. En ese sentido, la repatriación del Pato aparecía como la contratación ideal, ya que le devolvería la fe al hincha y, además, era una carta segura para reforzar el plantel y lograr los objetivos institucionales.

Sin embargo, pese a las grandes expectativas de los dirigentes y de la afición la operación Patricio Yáñez no tuvo los resultados esperados. ¿Qué pasó? Varias razones. En primer lugar, el Pato arrastraba varias molestias físicas que afectaron su regularidad (de hecho tuvo que someterse a una operación). Entre torneo de apertura y campeonato nacional alcanzó a jugar 13 encuentros y convirtió sólo un gol, fue el último de los cuatro tantos, en la victoria frente a Union Española, que salvó a la U de caer en la liguilla de promoción ( Fue un año para el olvido del chuncho, ya que que terminó en el lugar 11). 

El otro motivo fue más de corte motivacional y se generó por la aguda crisis económica que sufrió la Universidad de Chile en el transcurso de ese año 1990, lo que derivó en el no pago de varios meses de sueldo al plantel de jugadores, y de las obligaciones contractuales y financieras acordadas con Patricio Yáñez. Esto lo sorprendió profundamente, ya que no estaba acostumbrado a vivir este tipo de situaciones, incluso llegó a declarar que era la momento más difícil que le tocó vivir en el fútbol.
Obviamente, todo este bochornoso episodio enredó, de ahí en adelante, sus relaciones con los dirigentes estudiantiles, lo que -sin lugar a dudas- tuvo un efecto en su ánimo y disposición.

Las cosas cambiaron para el Pato a principios de 1991 cuando después de secretas negociaciones fue presentado como flamante contratación de Colo Colo, lo que detonó la ira en las huestes azules que alegaron alta traición. Su llegada al cacique había sido especialmente solicitada por Mirko Jozic, quien  buscaba a alguien como el Pato para implementar su sistema de ataque rápido y masivo. Afortunadamente la adaptación de Patricio al equipo fue excelente, a lo que se sumó su casi total recuperación física, gracias al apoyo multidisciplinario del equipo albo. .
Todo esto se reflejó en la cancha, donde reapareció el Yáñez de las jornadas inolvidables de los 80; un jugador veloz, incisivo y desequilibrante. Y con este rejuvenecimiento físico y anímico  los frutos no tardarían en llegar, ya que en el primer semestre fue protagonista de ese campañón histórico en la Copa Libertadores de América, que culminó con la obtención del primer título continental para un equipo chileno. Quedaron para siempre en la memoria esos partidos de epopeya con Boca Juniors, donde el Pato mostró su placa de crack, tanto en Buenos Aires como en Santiago, incluso jugando com el hombro dislocado.  

Pocas semanas después  de ganar la final continental con Colo Colo el Pato se ponía la roja para jugar la Copa América en nuestro país, con el sueño íntimo de salir campeón.. Al principio saltó dede la banca  (victoria con Perú y derrota con Argentina) para ya desde el duelo con Paraguay encontrar un cupo en el equipo titular. Influyó su gran desempeño en la goleada cuatro por cero a los guaraníes, donde mostró toda su estampa de crack. Algo que también exhibió en el siguiente partido (empate con Colombia) donde volvió locos a los defensas cafeteros. Sin embargo la esperanza se vino abajo para Yáñez y la selección en la segunda fase con el disputado empate con Argentina (donde el Pato fue expulsado) y en la derrota final con los brasileños. 

Ese 1991 Yáñez sanaría las penas vividas en la Copa América con la obtención de su primer título en un torneo nacional, cerrando así el espectacular tricampeonato de los albos (1989-91). De esta manera, su su nombre quedó grabado, para siempre, en ese histórico equipo de Colo Colo que, con él en cancha,  lo ganó todo en esa época.. Más tarde vendrían más títulos para su bitácora: Recopa Sudamericana, en Japón; Interamericana; y un nueva corona con Colo Colo, en la temporada 1993, en la cual volvió a ser pieza fundamental.

El retiro definitivo vendría en 1995 cerrando así una trayectoria de 18 años como jugador profesional que lo catapultaron como uno de los mejores y más recordados delanteros en la centenaria historia de nuestro fútbol. Tras colgar los botines el destino de Pato seguiría ligado al deporte rey, pero esta vez desde el micrófono radial y las cámaras de televisión. /HDF